Estaba haciendo punto , cuando miro al reloj, eran las diez y media , se le estaba haciendo la mañana muy larga, sentía que los parpados le pesaban, empezaba a tener sueño. Todas las mañanas se levanta a las 8, la duchaban , la vestían y le daban el desayuno, a sus 85 años estaba bien físicamente para poder apañarselas ella sola, pero sus hijos no dejaban que hiciera nada, estaba cansada de esa situación, había tenido una vida plena, llena de experiencias, había viajado , se había enamorado, y había tenido una familia encantadora.
Pero allí estaba ella a su edad coivida por lo que le pudiera pasar. ¿por que? se preguntaba una y otra vez.Soy una anciana pero no soy una inútil a la cual hay que darle de comer lo que estipula el medico por que si engordo mi corazón puede sufrir un paro cardiaco. ¿Creen que debo vivir hasta que el cuerpo aguante pero sin sentir una pizca de felicidad? ¿No he vivido lo suficiente?
Pero si me quejo , si me quejo tengo demencia senil y no se que es lo que hago, ni lo que me digo.
Recuerdo cuando antes los ancianos eran los sabios de la casa, se les respetaba por encima de nuestros padres, todo eso ha pasado a otra vida, y ahora los viejos como yo, no nos queda otra que aceptar que nos alcen la voz, por que se sienten desquiciados al estar empotrados en nuestra vida.
Algún día tal vez no muy lejos de aquí , se den cuenta que no somos objetos , que somos personas, cometimos errores en nuestras vidas pero .... Tal vez por eso espero ansiosa la muerte, ya no me queda nada por hacer aquí.